A mediados a la década de los cincuentas en Jamaica, gracias la migración de las poblaciones rurales hacia las urbanas, se comienzan a encontrar los sonidos populares y tradicionales de la isla con los ritmos de moda norteamericanos que ejercían una definitiva y trascendental influencia en la cultura jamaiquina. Así, comenzó la mezcla de ritmos y sonidos; el mento y el calypso se conocieron con el jazz, el rhythm and blues y el soul, se emparentaron y nació el ska que ya a finales de la década dominaba las fiestas y encuentros de la juventud.
Pasó poco tiempo para que el ska le diera paso al rocksteady, y poco más de un quinquenio para que el reggae apareciera. El ska y el rocksteady habrían sido los antepasados directos del sonido que en adelante representaría a todo un país, a todo un pueblo. Jamaica, una de las islas angloparlantes del Caribe, la más grande de ellas de hecho, sería reconocida como la cuna del reggae que gracias a su ritmo alegre y pegajoso y de sus letras comprometidas y esperanzadoras recorrería rápidamente el globo terráqueo e incluso se posicionaría en las listas de los éxitos musicales mas sonados.
Bob Marley es el músico jamaiquino de mayor renombre en todo el mundo, fundador con Peter Tosh y Bunny Livingston de The Wailer, una de las agrupaciones pioneras del asunto junto a otros tantos como Count Ossie, The Maytals, Desmond Dekker, Prince Buster, Lee “Scratch” Perry o Jimmy Cliff, por citar solo a algunos. Ya para la década de los setenta el reggae era un éxito musical y comercial que tenia a un ejercito de jamaiquinos produciendo música y algunos de ellos incluso girando por las más importantes plazas del planeta.
Del reggae se hicieron los jóvenes jamaiquinos y de otras islas del Caribe para acompañar la cultura rastafary, toda vez que varios de los exponentes del alegre ritmo abrazaron la causa que buscaba la repatriación a la madre África y la redención definitiva, tras la coronación en Etiopía de Haile Salasie I. Así le cantaron y le cantan a la paz, la equidad y contra el racismo, las desigualdades y el mal gobierno. Es el reggae jamaiquino música para la liberación y desde este 2018 es además Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Vladimir Sosa Sarabia
sosasarabia@gmail.com
Publicado en Semanario Todas Adentro N°743. 08 de diciembre de 2018.
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