Por estos
días la música latinocaribeña tiene motivos para celebrar, Luis
María Frometa Pereyra, veria la luz en la capital de la República
Dominicana un 15 de noviembre de 1915 para convertirse en uno de los
mas importantes directores de orquesta bailable de toda la cuenca del
Caribe.
El joven
quisquellano ya era un destacado músico en su tierra natal, donde se
habia abierto paso gracias al apoyo de un venezolano llamado Freddy
Coronado, quien le había conectado con algunos trabajos y alentado a
sumarse al Conjunto Tropical, para fundar posteriormente su propia
orquesta, la Santo Domingo Jazz Band junto a José Ernesto “El
Negrito” Chapuseaux y Francisco Simó Damiron; y es con esta
formación que Billo inicia las gestiones para, gracias a los
contactos de Coronado, venirse a la tierra del Arauca vibrador.
La dictadura
Dominicana, encarnada en el General Trujillo, le condiciona para
dejarlos salir de la isla, cambiar el nombre de la agrupación a
Ciudad Trujillo Jazz Band y es con ese título que se encaminan los
muchachos de Billo a tierras venezolanas, donde desembarcan para
presentarse por primera vez el 31 de diciembre de 1937 en el Roof
Garden en pleno centro caraqueño; siendo la sorpresa que los
hermanos Sabal, apoderados del local en cuestión, habían anunciado
para aquella noche de año nuevo la presentación de la Billo's Happy
Boys. Este nuevo e imprevisto cambio de nombre bastó para que,
evitando represalias del dictador dominicano, Billo Frometa
permaneciera en suelo venezolano por el resto de su vida.
Lo sucedido
posteriormente es historia conocida, un par de años despues Billo
Frometa armaria la más importante orquesta de música bailable que
se haya conocido en Venezuela, la Billo's Caracas Boys, una
agrupación con una impresionante capacidad de conexión con las
masas populares y que puso a bailar boleros, guarachas y merengues a
nuestra gente a lo largo de todo el territorio nacional. A gozar
muchachos, al maestro Billo, centenario.
Vladimir
Sosa Sarabia.
Luis M. "Billo" Frometa |
Publicado en Semanario Todos Adentro N° 586. 14 de noviembre de 2015
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