El 2 de diciembre de 1956
marco la historia de la nación cubana, Fidel y sus muchachos
desembarcaban con todas las adversidades en las costas del oriente de
la isla, las aguas del mar Caribe fueron navegadas a bordo del Gramma
por 82 revolucionarios con la idea firme de una Cuba libre y
soberana, entre ellos venían Raúl Castro y guerrillero infinito
Ernesto Che. Los combatientes con mas esperanzas que armas,
enfrentaron la dictadura de Fulgencio Batista y torcieron la historia
2 años después, cuando entraron triunfantes a La Habana, un 1ro de
enero de 1959, escoltados por el pueblo cubano, que celebraba el año
nuevo y el inicio de su revolución.
Fue un 2 de diciembre
también, pero en la Venezuela del 2002 que FEDECAMARAS convocó a un
paro general para forzar la salida del comandante Chávez de la
presidencia y truncar así, la revolución bolivariana que este
pueblo se había procurado a través de las urnas electorales; los
empresarios, un sindicato de trabajadores al servicio de los patronos
y los partidos de oposición acabaron con la navidad, quebraron la
pequeña y mediana empresa y de no ser por el temple y el liderazgo
nacional e internacional del Comandante Presidente Chávez hubiesen
acabado con el país entero, que poco les falto. El llamado Paro
Petrolero que tuvo en PDVSA su foco mas critico, se extendió por 2
meses, cuando se diluyo, derrotado gracias al aguante de un pueblo
que se resteó con su revolución y con su líder.
Estos sucesos de nuestra
historia caribeña con mas de cuarenta años de diferencia, sirven
como ejemplo para asegurar que los triunfos en las confrontaciones
políticas, sean del índole que sean, siempre se logran de la mano
del pueblo. Esto viene al caso en vísperas de unas decisivas
elecciones parlamentarias en Venezuela, el 6 de diciembre próximo,
cuando, convencido estoy, que el pueblo saldrá a votar
fundamentalmente en custodia de su revolución, y eso debería ser
bien leído por nuestra dirección política.
Vladimir Sosa Sarabia