Hace 27 años ya, un 16 de julio, el Caribe despidió al poeta Nicolás Guillén. El Poeta del son, como le conocemos, había nacido en 1902, también julio, en Camagüey, donde se celebra el maravilloso San Juan Camagüeyano. Militante de la libertad, las letras y la negritud, fue el poeta que escribió y canto a los negros de Cuba y del Caribe. En Guillén nos reflejamos y nos reconocemos los de afro y tumbao melao, nacidos del mestizaje de la cuenca.
Al poeta lo hemos leído, pero si no, de seguro lo ha bailado con Héctor Lavoe: “Ay Negra, si tu supiera…” que al Songoro Cosongo de Nicolás le puso clave, para prender el vacilón. Lo mismo pasa con la Sonora Ponceña cuando entona: “De qué callada manera, se me adentra usted sonriendo, como si fuera la primavera. Yo, muriendo”, uno con vista al cielo y brazos al aire, canta y baila, así sea solo en un ladrillo.
Canción o De que callada manera, la plasmó inicialmente Pablo Milanés en su disco dedicado al poeta, titulado Canta a Nicolás Guillén en 1975; y luego la volvió a grabar en 1985, pero esta vez a dúo con la bella, en voz y figura, Ana Belén, para el LP Querido Pablo. No son pocas las voces que han cantado a Guillén, a la lista se le suman Amaury Pérez, Marta Valdés, Daniel Viglieti, Adolfo Celdran, Roy Brown, Quilapayún, Víctor Manuel y tantos otros, que a lo largo del redondo terráqueo han metido mano del verso mulato y rebelde del infinito Nicolás.
Canción o De que callada manera, la plasmó inicialmente Pablo Milanés en su disco dedicado al poeta, titulado Canta a Nicolás Guillén en 1975; y luego la volvió a grabar en 1985, pero esta vez a dúo con la bella, en voz y figura, Ana Belén, para el LP Querido Pablo. No son pocas las voces que han cantado a Guillén, a la lista se le suman Amaury Pérez, Marta Valdés, Daniel Viglieti, Adolfo Celdran, Roy Brown, Quilapayún, Víctor Manuel y tantos otros, que a lo largo del redondo terráqueo han metido mano del verso mulato y rebelde del infinito Nicolás.
Al cubano no sólo le debemos, en su imprescindible obra poética, el genio de sus versos; sino que además, en su canto cabalga la dignidad del llamado color cubano, que también valdría decir color Caribe. El matiz de su obra no es más que, en mi muy humilde opinión, la exaltación de quiénes somos, habitantes de esta cuenca caribeña, producto del mestizaje, desde la visión privilegiada del poeta nacido en la mayor de las Antillas, “tamba del negro que tumba, tamba del negro, caramba”.
Vladimir Sosa Sarabia
sosasarabia@gmail.com
Vladimir Sosa Sarabia
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Publicado en Semanario Todas Adentro N°618. 16 de Julio de 2016.
Enlace: https://issuu.com/todosadentro/docs/tira_618
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