Imagino con alegría a Daniel Gil y a Diego Silva Silva
preparando los aperos. Imagino las comunidades que en diversas partes de
Caracas y del país se aprestan para los honores, no hipotecados a
circunstancia alguna. Sin embargo el centro de la imaginación viaja a
Lara, el hermoso estado encrucijada, cuna de grandes en todos los
ámbitos de la vida venezolana y asiento de una tradición que bien puede
optar, en mi concepto, claro, a ser Patrimonio Cultural Inmaterial de la
Humanidad. Imagino a todos los Golperos, incluyendo a los de El Tocuyo,
Curarigua y a los de Don Pío Alvarado, resaltado en el tema de Alí
Primera El Gallo Pinto.
Pero también hay que imaginar a los chamos del Carota, Ñema
y Tajá, a Araguaney, Yrupana, y a Alma de Lara entre otras muchas
agrupaciones afiliadas por herencia a la fiesta de su tradición, y a
larenses como el @bufaloguaro con grupos militantes de lucha, cantos y
labores.
En Venezuela, cuando se acerca la fiesta de San Antonio de
Padua, las ganas vuelan hacia El Tocuyo, y también hacia Sanare,
Barquisimeto, Duaca, Carora, Cabudare, Curarigua, en fin a toda la
extensión larense donde se acuna esa maravilla que es el Tamunangue, o
para decirlo como ellos: esos Sones de Negros que por derecho propio
constituyen una de las tradiciones más sólidas y contagiantes del pueblo
venezolano.
Ya esta noche se estará en velorio, en vigilia, como pasa
en casi todas las manifestaciones de tradición profunda en nuestro país.
Lara se aprestará entonces para mañana, 13 de junio, ratificar su
tradición y resistencia, como proclamaba Gerardo Brito.
Será el gran día de las ocho estrellas del Tamunangue: La
Batalla, La Bella, la Juruminga, El Yiyivamos, El Poco a poco, La
Perrendenga, El Galerón y El Seis figuriao. “Como ha lloviznado en
Lara/ la voz de Pío Alvarado.../ ¡Dios salve viejo golpero/ la belleza
de tu canto!
¡Ah Mundo!
¡Ah Mundo!
Lil Rodríguez
@lildelvalle
Foto: AVN |
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