Consulado Caribe: ETERNO TABACO

Quienes siguen el Consulado Caribe, a través de nuestro espacio radial, las redes sociales o esta columna semanal, sabrán que quien escribe es un fanático infinito de la salsa venezolana. Muchas veces hemos dicho que a las orquestas, conjuntos, músicos y cantantes del patio no se les hace justicia a la hora de hablar del genero de las caderas inquietas. Las radios no “los suenan” y los periodistas no “los cubren”. Lo cierto es que en la tierra de Bolívar y de Vizquel, no solo ruge D'León.

Carlos "Tabaco" Quintana

Como esto no es nuevo, los comunicadores estamos en deuda con una de las voces más importantes de la salsa venezolana; a quien le debemos tanto y de quien tan poco se habla. En nuestras fiestas y jolgorios, su voz se ha dejado escuchar gracias a las grabaciones del histórico Sexteto Juventud, pero en las nuevas generaciones pocos saben que el responsable de aquel timbre inigualable de canciones como La Cárcel, Guasanco o Mi Calvario, es el caraqueño Carlos “Tabaco” Quintana.

Tabaco, nacido el 15 de septiembre de 1943, ingresa al Sexteto Juventud al año siguiente de su creación en 1962. Había sido recomendado por el maestro Elio Pacheco, percusionista fundador de la agrupación y más tarde también de la Dimensión Latina. Se convirtió en pieza fundamental del sonido característico del sexteto dirigido por Olinto Medina, otra de las glorias de nuestra música afrocaribeña, y que hasta hoy día tiene escritos varios capítulos en la historia de la salsa criolla.

A mediados de los años 70, el sonero deja el Sexteto e influenciado por su amigo el flautista Natividad Naty Martínez, se aventura con su propia orquesta que luego llamaría Tabaco y sus Metales, con la que se mantuvo trabajando hasta que, asediado por el cáncer, la muerte le alcanzó en 1995. “Quisiera saber, cual fue la causa, de nuestro olvido, dímelo tú”.

Vladimir Sosa Sarabia

sosasarabia@gmail.com

Publicado en Semanario Todas Adentro N°626. 10 de Septiembre de 2016.
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