En noviembre de 1999 yo trabajaba en el stand de la editorial Alter Libris en la Feria del Libro que en aquella época se celebraba en la Zona Rental aledaña a la Universidad Central de Venezuela; allí ofrecíamos las publicaciones propias de la editorial y discos musicales, en su inmensa mayoría de artistas independientes sobretodo venezolanos y los había de todos los géneros: salsa, jazz, son, de raíz criolla, joropo, afrovenezolano, rock, ska, cuanta cosa loca y un largo etcétera; casi todo lo que a producción independiente se refería estaba en ese puesto, que tenía música sonando el día entero y era referencia entre visitantes y colegas expositores, modestia aparte.
El 17 de noviembre específicamente, contaba las horas para salir de allí corriendo para el Radio City, un cine ubicado en la entrada del bulevar de Sabana Grande, que por esos días no presentaba obras del séptimo arte, sino que albergaba los Miércoles Insólitos una serie de conciertos con las bandas más representativas de la noche y el underground caraqueño. Ese insólito miércoles estaba pautado un concierto de PAN, un cuarteto genial entre el rap, el funk, el rock y la salsa, una verdadera delicia liderada por el ex Sentimiento Muerto Carlos "Cayayo" Troconis; que era además creador y principal promotor del ciclo de los miércoles.
Por supuesto que el disco de PAN, recién salido del horno estaba entre los que teníamos en venta en el stand. Se trataba de un EP de 6 canciones + bono, hoy considerado pieza de culto entre los melómanos venezolanos. Un mínimo de sentido común me llevó a colocar el CD en cuestión en un lugar privilegiado, y es que dos más dos son cuatro, cualquier 'culturoso' que de camino al Radio City pase por la feria se lo lleva, eso me decía mi intuición en un elemental ejercicio de mercadotecnia.
Al descuido conversando con algún visitante, escucho entre la bullaranga ferial dos muchachos en uniforme colegial tras tomar el disco de PAN comentan: "¿viste que Cayayo se murió?", yo brinqué desde el otro extremo del stand para desmentir a lo que creía era una absurda equivocación del adolescente: "no vale, el mismo Cayayo me entregó estos discos la semana pasada"; pero el joven más informado que yo me siquitrilló con su respuesta: "acaban de decírmelo en el Radio City". Cayayo tenía apenas 31 años y la genialidad en plena efervescencia.
Vladimir Sosa Sarabia
sosasarabia@gmail.com
Publicado en Semanario Todas Adentro N°740. 24 de Noviembre de 2018.
Enlace: https://issuu.com/todosadentro/docs/todasadentro_740
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