Esto de ver sobre el escenario a padre e hijo no es usual; se ha dado. Recordamos a Andy Montañéz con sus hijos y a Canelita Medina con su hija, y a Pablo Milanés con su hijas por citar tres ejemplos. Tampoco es la primera vez que Alí Alejandro Primera se faja en tarima junto a su hijo Alí Alejandro. La primera vez que los pude apreciar juntos lo del padre era una verdadera batalla de nervios. Luego les volví a ver y Alí Alejandro el viejo ya estaba curado. Y es que su hijo ya no es una promesa, es una fantástica realidad surgida del propio talento y de los valores éticos y musicales inculcados en casa.
Este próximo jueves estarán en concierto será formal y sólo ellos como cantores en escenario. Imperdible, pues no veremos a Alí Alejandro como siempre le encontramos sobre la tarima del fragor político. Le apreciaremos de la mano de la canción venezolana, y de sus temas, en una especie de Silva al amor y a la vida. Y veremos más, porque Alí Alejandro el joven estará junto a su padre, con pulso propio, fuera del cascarón, con su voz y su propuesta.
Excelente porque a la tradición de lo nuestro se unirá una novísima sonoridad que bien vale la pena apreciar y no dejar que nos la cuenten. Que Víctor Morles sea el director musical de este concierto ya habla por si solo. Morles, destacado pianista y creador nuestro será secundado por Jorge Villarroel en la percusión y Allan Torres en el bajo. Na guará. La cosa será este jueves en el teatro Bolívar, frente a la plaza Bolívar, a las 5 de la tarde y desde mañana lunes estarán a la venta las entradas que, por su solidario precio, Bs. 300, recomiendo adquirir con tiempo. Ahí nos vemos.
Lil Rodríguez
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