Desde la convocatoria que
hiciera en innumerables ocasiones el presidente obrero Nicolás
Maduro para una avanzada comunicacional y cultural para la paz,
muchas acciones se han dado en el campo comunicacional. Cambios,
transformaciones y la hasta la creación de nuevos viceministerios
dentro del MiPPCI, fue el resultado de un reacomodo orientado a
consolidar una hegemonía cultural y comunicacional transformadora.
Así entre los diferentes nombramientos William Castillo quien
desempeñaba una excelente labor al frente de Tves, quedó encargado
del nuevo Viceministerio para la Televisión y como Director General
de CONATEL en sustitución de Pedro Maldonado. El timón de la
Televisora Venezolana Social Tves fue entregado al animador Winston
Vallenilla con Roberto Messuti como segundo de a bordo, y como era de
esperarse, allí empezó el zaperoco.
Winston Vallenilla - Presidente de Tves |
Winston otrora animador
estrella del tóxico RCTV, y quien protagoniza uno de los programas
mas lamentables que haya conocido la televisión venezolana como lo
es “La Guerra de los Sexos”, es el encargado de dirigir un canal
que esta llamado a ser la oferta televisiva de la revolución
bolivariana ante la avasallante industria televisiva capitalista.
Visto esto, ¿Es una decisión acertada?, no lo se, lo que si me
parece es que es una jugada digna de analizar. A mi me gusta pensar
que, cuando por las razones que sean, la revolución debe sentarse
con los fascistas a debatir o dialogar (si esto acaso fuera posible),
el emisario debe siempre ser el mas probado y radical de los
revolucionarios (sin que esto signifique exaltar el
revolucionometro), el delegado debe ser aquel que tenga mayor
claridad de las ideas y teorías socialistas y el mayor compromiso y
gallardía en la acción transformadora, es decir, enviar al que
menos se les parezca.
Viendo este panorama e
intentando una reflexión, vale decir que, Winston quien no solo ha
hecho carrera dentro de los medios de comunicación privados como
animador y actor (aunque como actor no le fue precisamente bien), se
caso con la actriz y modelo Marlene De Andrade y además es hijo de
uno de los locutores mas reconocidos de la televisión venezolana,
Winston Vallenilla padre. El tipo tiene una vida entera dentro de los
medios televisivos, su familia gira entorno a la televisión. El
punto es que el animador ha vivido dentro de esa televisión que los
venezolanos debemos superar, es decir, conoce al monstruo por dentro.
Tirios y troyanos han
despotricado de la decisión de Nicolás, de encomendar al hombre de
“La Guerra de los Sexos” y ex militante de la causa RCTVeca la
conducción de Tves; unos hablan de la debacle de nuestra propuesta
televisiva, por la cual el Gobierno tuvo que confiar a un farandulero
las riendas del canal para levantar el rating, suerte de
espada de Damocles cuando de medios se trata. Otros irresponsables
dispararan, asegurando que el canal social fue entregado a un
“escuálido infiltrado”; un solo reclamo, inspirado y emotivo, me
hizo detenerme cuando, vía Facebook el periodista José Roberto
Duque, haciendo uso de su estilo, mentó madres mientras recordaba
como en noviembre de 2013 Vallenilla ofendiera a Rafael Martínez
Arteaga, nuestro querido y respetado cultor conocido como “El
Cazador Novato”, y si eso fue así y ya lo creo, pues “el Duque”
refiere al propio testimonio del Cultor, Winston tendrá mucho que
aprender, para entender que en una sociedad socialista la estrella es
el pueblo.
Dirigir un canal de
televisión en la pujante Venezuela socialista, es una
responsabilidad de altísimo nivel, quizá (aunque peque de
imprudente) mayor que el de dirigir algunos ministerios. Winston
seguramente a estas alturas ya sabrá que fue ascendido al grado de
General dentro de la estructura comunicación y cultural de la
revolución, y esto significa muchos sacrificios, mucha disciplina y
mucha diligencia, y sí coño, no solo tiene que dejar de hacer “La
Guerra de los Sexos”, sino que además debe hacer fuerza moral para
que ese bodrio desaparezca.
El reto para Winston es
el de desaprender todo lo tóxico que la televisión basura haya
inoculado en el a lo largo de sus años de experiencia. Superar el
facilismo de la televisión bobalicona no es cosa fácil, deberá
separar muy bien lo que debe rescatar y que debe desechar de lo
aprendido en su trayectoria. El ego, valiosa herramienta a la que
meten mano artistas y creadores, deberá ponerlo en descanso, tendrá
que escuchar a tantas voces autorizadas (y no autorizadas como la
mía) como sea posible para construir un modelo de televisión que
este país necesita, pero seamos honestos nadie sabe como es y menos
como se hace, ni siquiera los que juran que tienen claro el asunto.
Nuestro modelo comunicacional y cultural es una construcción
colectiva basada en el ensayo y error; y siempre habrá que dudar de
aquel que asegure que tiene la solución en su tablet
esperando a que le “den el cargo” para ponerlo en practica.
Mas allá de la
disciplina, di mi voto de confianza (y no solo por la instrucción
del comandante Chávez) a Nicolás para que dirigiera al país y a la
revolución en los años venideros, hasta ahora creo que ni Chávez,
ni los mas de 7 millones y medio de venezolanos que apostamos a
Maduro nos hemos equivocado; a Nicolás lo he acompañado en
gobiernos de calle, inspecciones y otras coyunturas que vivimos en el
virulento 2013, y le acompaño en el llamado a conformar una cultura
y una comunicación para la paz y la vida, Nicolás invitó a Winston
Vallenilla y ambos tienen todo mi respaldo, pero ojo Winston no es
gratuito, tienes que desaprender, escuchar y dejarte ayudar.
Vladimir Sosa Sarabia
Productor Audiovisual
Director de Fabrica de
Medios de MPPCultura
Febrero 2014
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