jueves, 6 de febrero de 2014

Plan de alfabetización audiovisual, Cultura y Comunicación.


Llama la atención como todo el debate relacionado con la violencia en el cine y la televisión, apunta a afilar los mecanismos de control y censura, incluso uno de nuestros mas notables intelectuales propuso el pasado domingo en su columna semanal “un impuesto de diez UT por cada representación ficcional” de cualquier delito que se difunda en cine, radio y televisión; tamaño paquete, se acabo el cine de vaqueros, acción, suspenso y horror.


Sí, es cierto que hay que aplicar las leyes y reglamentos en cuanto a la emisión y publicación de mensajes violentos, los mecanismos existen, el punto está en ponerlos en práctica. La Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos, cariñosamente llamada Ley RESORTE, contempla toda una clasificación de tipos de mensajes que pueden ser difundidos o no, según el horario, pero rara vez, y fundamentalmente en la televisión privada es acatada la norma.

Para efectos de las salas de cine toda película es clasificada como A, B o C, lo que delimita la edad que deben tener los espectadores para poder acceder con “refresco y cotufa” en mano a disfrutar de determinada película; así la cosa queda en, A para todo publico, B para mayores de 12 años y C para los de 18 años en adelante; curiosamente cuando un espectador quiere saber la clasificación de una película determinada, por lo general pregunta “¿Qué censura es?”, sin que eso genere mayor histeria en los acérrimos defensores de la libertad de expresión y de creación.


En Venezuela en los últimos 15 años se ha vivido como nunca antes, la mas pulcra de las libertades de expresión, información y creación, siendo todas defendidas a ultranza por el comandante eterno Hugo Chávez Frías, es mi opinión, así lo creo. Por otro lado, ha sido incentivada como jamas ha sucedido en nuestro país la producción de contenidos en radio, cine y televisión; la creación de canales de tv, radios, casas productoras y salas de cine, por no mencionar numeritos estadísticos, así lo comprueban.

Zamora, tierras y hombres libres / Dir. Roman Chlabaud - Guión. Luis Britto Gárcia

Entonces, desde mi humilde punto de vista, se debe avanzar en dos direcciones, la primera ya bastante comentada, difundida y discutida, como lo es la aplicación de los controles existentes y otros por crearse que regulen los mensaje violentos en nuestros medios. El otro camino y en mi opinión el que resultaría en un mayor impacto social, transformador y revolucionario, es el de la formación; debemos avanzar en un riguroso plan de alfabetización audiovisual, que permita a nuestro pueblo decodificar y rechazar los mensajes ofensivos y violentos a los que nos somete la industria cultural capitalista.

Un plan de alfabetización audiovisual, permitiría nuestro pueblo blindarse ante cierto tipo de mensajes y enfrentarse a ellos sin la vulnerabilidad de la que la industria cultural se vale para intoxicarnos. El análisis critico de los medios, la interpretación de contenidos audiovisuales y mensajes simbólicos debe ser desarrollado desde la escuela y mantenerse a lo largo de todo el periodo de educación básica, disponer de 2 o 3 horas a la semana para ver una película, un documental o un programa de televisión para luego comentarlo con un guía (maestro, profesor o facilitador) que oriente la actividad, debería bastar para que en el andar de su vida se vaya desarrollando la capacidad de comprensión de los contenidos emitidos por los medios.

En este sentido debería poder contarse con espacios en la televisión publica para la formación del resto de los venezolanos, vincular las actividades y tareas escolares con estos espacios para así, involucrar a padres y representantes. La sinergia entre los Ministerios del Poder Popular para la Educación, Educación Universitaria, Cultura y Comunicación e Información es fundamental en este asunto. La emisión de contenidos violentos, sobretodo en el plano de los simbólico si moldea conductas sociales, hay que actuar. Solo la educación nos hará libres.

Vladimir Sosa Sarabia
Director de Fabrica de Medios de MPPCultura
Febrero 2014

miércoles, 5 de febrero de 2014

Winston, cultura y televisión.


Desde la convocatoria que hiciera en innumerables ocasiones el presidente obrero Nicolás Maduro para una avanzada comunicacional y cultural para la paz, muchas acciones se han dado en el campo comunicacional. Cambios, transformaciones y la hasta la creación de nuevos viceministerios dentro del MiPPCI, fue el resultado de un reacomodo orientado a consolidar una hegemonía cultural y comunicacional transformadora. Así entre los diferentes nombramientos William Castillo quien desempeñaba una excelente labor al frente de Tves, quedó encargado del nuevo Viceministerio para la Televisión y como Director General de CONATEL en sustitución de Pedro Maldonado. El timón de la Televisora Venezolana Social Tves fue entregado al animador Winston Vallenilla con Roberto Messuti como segundo de a bordo, y como era de esperarse, allí empezó el zaperoco.

Winston Vallenilla - Presidente de Tves
Winston otrora animador estrella del tóxico RCTV, y quien protagoniza uno de los programas mas lamentables que haya conocido la televisión venezolana como lo es “La Guerra de los Sexos”, es el encargado de dirigir un canal que esta llamado a ser la oferta televisiva de la revolución bolivariana ante la avasallante industria televisiva capitalista. Visto esto, ¿Es una decisión acertada?, no lo se, lo que si me parece es que es una jugada digna de analizar. A mi me gusta pensar que, cuando por las razones que sean, la revolución debe sentarse con los fascistas a debatir o dialogar (si esto acaso fuera posible), el emisario debe siempre ser el mas probado y radical de los revolucionarios (sin que esto signifique exaltar el revolucionometro), el delegado debe ser aquel que tenga mayor claridad de las ideas y teorías socialistas y el mayor compromiso y gallardía en la acción transformadora, es decir, enviar al que menos se les parezca.

Viendo este panorama e intentando una reflexión, vale decir que, Winston quien no solo ha hecho carrera dentro de los medios de comunicación privados como animador y actor (aunque como actor no le fue precisamente bien), se caso con la actriz y modelo Marlene De Andrade y además es hijo de uno de los locutores mas reconocidos de la televisión venezolana, Winston Vallenilla padre. El tipo tiene una vida entera dentro de los medios televisivos, su familia gira entorno a la televisión. El punto es que el animador ha vivido dentro de esa televisión que los venezolanos debemos superar, es decir, conoce al monstruo por dentro.

Tirios y troyanos han despotricado de la decisión de Nicolás, de encomendar al hombre de “La Guerra de los Sexos” y ex militante de la causa RCTVeca la conducción de Tves; unos hablan de la debacle de nuestra propuesta televisiva, por la cual el Gobierno tuvo que confiar a un farandulero las riendas del canal para levantar el rating, suerte de espada de Damocles cuando de medios se trata. Otros irresponsables dispararan, asegurando que el canal social fue entregado a un “escuálido infiltrado”; un solo reclamo, inspirado y emotivo, me hizo detenerme cuando, vía Facebook el periodista José Roberto Duque, haciendo uso de su estilo, mentó madres mientras recordaba como en noviembre de 2013 Vallenilla ofendiera a Rafael Martínez Arteaga, nuestro querido y respetado cultor conocido como “El Cazador Novato”, y si eso fue así y ya lo creo, pues “el Duque” refiere al propio testimonio del Cultor, Winston tendrá mucho que aprender, para entender que en una sociedad socialista la estrella es el pueblo.

Dirigir un canal de televisión en la pujante Venezuela socialista, es una responsabilidad de altísimo nivel, quizá (aunque peque de imprudente) mayor que el de dirigir algunos ministerios. Winston seguramente a estas alturas ya sabrá que fue ascendido al grado de General dentro de la estructura comunicación y cultural de la revolución, y esto significa muchos sacrificios, mucha disciplina y mucha diligencia, y sí coño, no solo tiene que dejar de hacer “La Guerra de los Sexos”, sino que además debe hacer fuerza moral para que ese bodrio desaparezca.

El reto para Winston es el de desaprender todo lo tóxico que la televisión basura haya inoculado en el a lo largo de sus años de experiencia. Superar el facilismo de la televisión bobalicona no es cosa fácil, deberá separar muy bien lo que debe rescatar y que debe desechar de lo aprendido en su trayectoria. El ego, valiosa herramienta a la que meten mano artistas y creadores, deberá ponerlo en descanso, tendrá que escuchar a tantas voces autorizadas (y no autorizadas como la mía) como sea posible para construir un modelo de televisión que este país necesita, pero seamos honestos nadie sabe como es y menos como se hace, ni siquiera los que juran que tienen claro el asunto. Nuestro modelo comunicacional y cultural es una construcción colectiva basada en el ensayo y error; y siempre habrá que dudar de aquel que asegure que tiene la solución en su tablet esperando a que le “den el cargo” para ponerlo en practica.

Mas allá de la disciplina, di mi voto de confianza (y no solo por la instrucción del comandante Chávez) a Nicolás para que dirigiera al país y a la revolución en los años venideros, hasta ahora creo que ni Chávez, ni los mas de 7 millones y medio de venezolanos que apostamos a Maduro nos hemos equivocado; a Nicolás lo he acompañado en gobiernos de calle, inspecciones y otras coyunturas que vivimos en el virulento 2013, y le acompaño en el llamado a conformar una cultura y una comunicación para la paz y la vida, Nicolás invitó a Winston Vallenilla y ambos tienen todo mi respaldo, pero ojo Winston no es gratuito, tienes que desaprender, escuchar y dejarte ayudar.

Vladimir Sosa Sarabia
Productor Audiovisual
Director de Fabrica de Medios de MPPCultura
Febrero 2014