sábado, 25 de mayo de 2013

Jackson Gutiérrez: El Azote del Cine Nacional

A propósito del estreno de Azotes de Barrio recargado (Dir. Jackson Gutiérrez y Carlos Malavé. 2013), la Cinemateca Nacional de Venezuela ha  preparado una retrospectiva de la obra de Jackson Gutiérrez. Luego de más de 15 películas y casi 5 años de amistad, aun para mi es difícil digerir su trabajo, quizá por la convicción de que el cine debe servir para transformar y no reproducir las miserias que el capital ha desarrollado en nuestras sociedades. Sin embargo, a través de los universos que nos recrea es posible ver una realidad sin ornamentos, ni filtros de colores, y es esa capacidad genial que tiene para contar historias lo que hace apasionante su obra, Jackson Gutiérrez es un cineasta del pueblo, y sí, dije cineasta.



Este joven mirandino de 30 años de edad es un conocido barbero de su barrio en Petare, alimenta sus historias de los cuentos que escucha de los clientes mientras les corta el cabello; reconoce sin problema que no dejaría su barbería por nada del mundo, oficio que hoy combina con el de realizador cinematográfico y productor audiovisual en un canal de televisión, y es que este muchacho decidió un día hacer una película y la llamo Azotes de Barrio en Petare.

La cinematografía de Jackson dista mucho de ser una visión antropológica de nuestros barrios, de mostrar la pobreza como un asunto de estudio y que intenta ser explicada a través de complejos y rebuscados tiros de cámara. Es de esos cineastas, que no presta mayor atención a los asuntos de la técnica, ni hace profundos y complejos planteamientos estéticos. Es un contador de historias y para ello se vale del cine como soporte.
 


En el año 2006 Jackson irrumpe en las pantallas con una cruda visión de la violencia caraqueña, tomando el barrio petareño como lienzo comienza a pintarnos una realidad conocida todos, pero no tan al detalle por muchos venezolanos; cómo se relacionan malandros, azotes, micronarcos y todos los inocentes que se llevan por el camino quedo al descubierto gracias a Azotes de Barrio en Petare (2006), película que en lugar de premios y dividendos en taquilla, le costó a Jackson persecución  y captura por parte de los cuerpos de seguridad, el asunto puede resultar jocoso, pero es que nadie le explicó al novato realizador que las armas en las películas o son de mentira o deben estar permisadas, detalle quisquilloso e incomprensible para quien vivía y convivía con armas de todo tipo.

Para aquel momento el realizador no solo se valió de una pequeña  videocamara, algunos amigos y casi nada de dinero para mostrarnos su  historia, además, quizá por simple sentido común utilizo el más perfecto y sencillo sistema de distribución que haya diseñado el capitalismo, la piratería. Jackson sabía que no podía con esa película llegar a las grandes salas de cine, así que optó por darle el estreno a los conocidos vendedores de “quemaditos”, para ese entonces la película voló y recorrió todo el territorio nacional para convertirse en referente del cine independiente venezolano, al punto de ser considerada hoy día como una película de culto entre los amantes del cine de acción, yo entre ellos.
 


Director, guionista y productor, además actúa, casi siempre en rol principal, en cada una de sus películas, así logro estructurar un sistema de realización que le ha permitido escribir, rodar y estrenar hasta 2 películas por año y no son pocos los directores y productores que han intentado aprender su método, Jackson es uno de los pocos cineastas venezolanos que ha conquistado una cinematografía digna sin el apoyo de las instituciones que habitualmente financian las películas, es un defensor del cine independiente y militante de la guerrilla cinematográfica.

Aborda sin limitaciones, ni complejos la violencia de nuestros barrios y no intenta la denuncia ni la moraleja, se limita a mostrar; el cine de acción es su fuerte y se vale de las relaciones de poder entre bandas para tejer sus historias, aunque las manifestaciones mágico religiosas caribeñas también le son cercanas y lo deja claro con Iyawo, la justicia de Olofi (2011) y María Lionza en mi barrio (2010), donde aborda el espiritismo y la santería, temas que conoce muy bien como devoto santero e hijo de Chango.

Jackson es la respuesta a los distintos cineastas criollos que han intentado reconstruir y reflejar la realidad de nuestros barrios colocando la cámara del lado de la pequeña burguesía, el es un cineasta hecho en el barrio, sin escuela internacional, ni grandes recursos, pero lleva consigo un maravilloso don, es un “echacuentos” nato, y esa capacidad le valió un Premio Especial del Jurado y Mejor Actor de Reparto en el Festival de Cine Venezolano de Mérida 2012 por Caracas: Las dos cara de la vida (2012).

Su obra no es una oda a la delincuencia, como muchos han querido hacerlo ver, no convierte en héroes a los villanos, sencillamente los presenta con sus complejidades. Tampoco defiende la violencia, es honesto al ser un creador que dibuja una realidad y la de su entorno aunque esto represente un duro golpe a la doble moral venezolana.

Vladimir Sosa Sarabia
Publicado en la Revista de la Fundación Cinemateca Nacional N° 260 de Mayo de 2013.
Retrospectiva Jackson Gutiérrez

lunes, 13 de mayo de 2013

3enUNO. Por Vladimir Sosa Sarabia


#Madre.- A propósito del día de la madre, del que ya todo mundo ha dicho que es capitalista y tal, creo que debemos como revolucionarios que somos, apropiárnoslo y redimensionarlo. Por otro lado, me permito comentar que me parece patético, triste y muy de patanes estar utilizando a la madre y su llanto de obvio sufrimiento, cuando por manganzones les da por irse por la senda del golpismo y la desestabilización. El “generalito” debería ponerse serio, porque es que así la vida es una panza. Ahombreate Rivero. Si este proyecto de transformación social y político que dimos a llamar Revolución Bolivariana un día cayese, seguramente seremos muchos los perseguidos, torturados, desaparecidos y asesinados. Mi madre lo sabe, desde que me nombro Vladimir y pego aquel cuadro del Che en mi cuarto siendo yo aun un bebe. Ella derramará lagrimas, ella sabe quiénes son sus hijos, mi hermano se llama Lenin, ella sabe que esto es una guerra y sabe también que nosotros escogimos el camino de la paz, pero si algún día debe llorarnos lo hará con dignidad, mi mamá es una camarada.

#Paz.- Convencido estoy, eso se lo debo al Comandante Supremo Hugo Chávez, de que la paz es el camino correcto. Cada vez que el fascismo avanza por la senda de la violencia, los revolucionarios debemos empeñarnos por la vía pacífica. Los débiles de mente y cortos de argumentos confunden nuestro afán de paz con debilidad o inferioridad. Los revolucionarios tenemos los votos, tenemos el pueblo y tenemos las armas. Las armas sirven para agredir, pero los revolucionarios las utilizamos para la defensa. Hoy me hago una promesa, a mi y a nadie más; ni un insulto, ni una amenaza más saldrán de mi boca o mi teclado. He decretado la armonía para transformar mi realidad y la de la gente que amo. Hemos vivido días de mucho dolor, de mucha rabia, la intolerancia de quienes nos ofenden, nos hizo reaccionar en insultos y amenazas; pero que va, ya no, no pasaron y no pasaran. Los intolerantes, los fascistas y los necios que les hacen el juego no volverán. Yo mientras tanto seguiré construyendo un mundo mejor para mi y para mi gente, y mi gente son que jode. Reconciliado estoy con el futuro, la armonía y con el amor.


#LaCinemateca.- La Fundación Cinemateca Nacional esta de aniversario. Son ya 47 años cobijando lo mejor del cine nacional y mundial. En esa sala del Museo de Bellas Artes he disfrutado casi todas las películas que he visto en mi vida, no porque no vaya a las salas de los circuitos comerciales, sino porque en la Cinemateca he visto los clásicos, las raras, los cortometrajes y los documentales que no llegaron a las salas cotuferas, siendo honesto también he esperado que algunas películas salgan de cartelera sabiendo que en la Cinemateca la tendrán luego. Allí me enamore del cine, creo que somos muchos los que decimos que la Cinemateca es la casa de los cineastas venezolanos, allí el cine pretencioso o quisquilloso se nos presenta amable, allí dentro los cineastas no se la dan de mucho, allí todos sabemos que somos insignificantes ante el milagro del cine a sala oscura, no importa cuántas veces rueden créditos finales, el proyector siempre vuelve a iluminar. La Cinemateca ha crecido mucho en los últimos años, rego con sus salas regionales y comunitarias todo el país y debe ser valorada por todos los venezolanos, tenemos un lujo de colección y un lujo de sala. Vaya un abrazo a todos quienes trabajan en esa Fundación y que día a día hacen posible el milagro del cine. Felicidades.

Caracas, 13 de mayo de 2013.
Vladimir Sosa Sarabia

martes, 7 de mayo de 2013

DE ESPIAS Y CINEASTAS


Ha generado cierto revuelvo la detención por espionaje y agitación de Timothy Hallet Tracy, el supuesto cineasta documentalista de origen norteamericano, se encontraba en nuestro país desde hacía unos meses, tiempo en el que además los cuerpos de inteligencia de la revolución bolivariana llevaron a cabo actividades de seguimiento dentro del plan denominado “Conexión Abril”, esto dio como resultado la captura de el hombre conocido como “El Gringo”, como lo informara el Ministro del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, el pasado 25 de abril.



El Ministro Rodríguez Torres, anunciaba posteriormente que Tracy utilizaba el rol de documentalista como “fachada” para realizar sus operaciones en el marco de la llamada “Operación Soberanía”, plan de agitación y desestabilización social y política que adelantaba (o adelanta) la oposición venezolana, con claras orientaciones fascistas que ha costado incluso la vida de numerosos venezolanos. De este modo como venezolano patriota y bolivariano me corresponde confiar en nuestros cuerpos de seguridad e inteligencia y que las investigaciones determinaran las verdaderas aventuras de “El Gringo” en Venezuela.


La Derecha venezolana y el propio presidente de los Estados Unidos Barack Obama han intentado minimizar el asunto, tildando de absurdo y hasta “ridículo” la posibilidad de que Timothy H. Tracy sea un espía estadounidense; pero para rematar un grupo de cineastas venezolanos, algunos incautos, otros no creo, mediante comunicado macilento pretende exigir al gobierno nacional la liberación de “El Gringo”, por considerarlo “a todas luces, un cineasta en ejercicio de su libre actividad de producción audiovisual” e intentan, además, enarbolar, de nuevo, la tan prostituida bandera de la libertad de expresión, usada hasta el hastío para justificar acciones de propaganda conspirativa y desestabilizadora en nuestro país.


Ante esta situación, yo no voy a discutir si el fulano es cineasta o zapatero, en todo caso, un agente de inteligencia (también llamados espías) no tiene porque tener en su curriculum vitae: curso aprobado como espía profesional certificado por la CIA o el MOSSAD, no. Son agentes y se acabo. Todos los países tienen espías, agentes de inteligencia o contrainteligencia. El asunto es que en Venezuela ahora el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional SEBIN, otrora DISIP, sirve a los intereses del pueblo y no presta apoyo a agencias extranjeras para desfalcar la nación o asesinar venezolanos, como en los días de la democracia puntofijista y su convenio con la Escuela de las Américas.


Por otro lado, ante el intento de “ridiculizar” el asunto por parte del Presidente Obama, me vino a la mente que en la pasada ceremonia de entrega de los Premios Oscar, la mismísima primera dama del imperio yanqui Michelle Obama, anunciaba la película ganadora. Una obra basada en acontecimientos reales, de cómo Tony Mendez, un reconocido agente de inteligencia norteamericano funcionario de la CIA, se hace pasar por un productor de cine para infiltrase en Irán en medio de la recién iniciada Revolución Islámica, era el año 1979. Convencido estoy, de que para aquel momento el presidente Jimmy Carter hubiese considerado “ridícula” una acusación de espionaje, hecha por el pueblo iraní, hacia un Tony Mendez hipotéticamente apresado. También estoy seguro que si “Argo”, nombre de la película ganadora del Oscar 2013 y anunciada rimbombante por Michelle, fuese una historia ridícula, la dama primera imperialista, jamás se hubiese prestado para el show cinematográfico.

 

Por Vladimir Sosa Sarabia
Mayo 2013