El más
influyente de los documentalistas latinoamericanos, el cubano
Santiago Álvarez presentó en 1973 su película “El tigre saltó y
mató, pero morirá... morirá...” como “homenaje
a las víctimas del sadismo fascista que las fuerzas armadas y la
CIA” venían perpetrando en Chile desde el 11 de
septiembre cuando derrocaron al gobierno socialista y asesinaron al
compañero presidente Salvador Allende.
Imagen de la pelicula. |
El
cineasta, genio de su época y de nuestros días fundamentó aquella
obra en el símbolo de la Nueva Canción Chilena, Víctor Jara.
Valiéndose de cuatro canciones (tres del cantautor y otra de Violeta
Parra), las imágenes pertinentes y un impecable montaje, construyó
una obra maestra del cine comprometido y el más significativo
reconocimiento al artista mártir de la revolución chilena.
Victor Jara |
Cantautor,
músico, poeta, teatrero y militante de la causa socialista, todo eso
y más era Víctor Jara. Quien con su voz cantó sus propias
creaciones y además la prestó para eternizar un variado número de
composiciones latinoamericanas, colección de la cual el Caribe es
parte importante. Del cubano Eliseo Grenet interpretó Drume Negrita
y del boricua Rafael Hernández, nada menos que Lamento Borincano,
por citar sólo un par de estas joyas.
Victor Jara |
Jara es
uno más de los próceres que han sujetado con fuerza la unidad
latinoamericana, con esas manos con las que acariciaba la guitarra,
las mismas manos que sus asesinos quebraron a golpes de culata de las
armas con las que, luego de torturarlo por cinco días, fue fusilado
el 16 de septiembre de cuarenta y cuatro disparos. Lo querían muy
muerto, pero trascendió en el canto libre de una América hoy aún
en disputa y un Chile que 45 años después se niega a despertar.
Vladimir
Sosa Sarabia.
sosasarabia@gmail.com
Publicado en Semanario Todas Adentro N°730. 15 de Septiembre de 2018.
Enlace: https://issuu.com/todosadentro/docs/todasadentro_730
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