martes, 2 de agosto de 2016

LA COTA LIL: A Roberto Todd, in memoriam

Los olvidos hacen daño. Se parecen a la ingratitud.  El olvido puede hacer parte de la alienación, de la banalización inculcada que impide hurgar en el recuerdo propio o colectivo y en cambio se regodea en la fantasía mediática.

Tenemos en Venezuela tal cantidad de valores culturales, y en este caso, musicales que la palabra olvido no debería jamás aplicarse a ellos pues el término tendría que ser permanencia, gratificante permanencia sustentada en la memoria y la gratitud hacia quienes han hecho el camino.

Pero no. Nos olvidamos si no los vemos en televisión, si no hacen parte de un escándalo, si no marchan. Y es acá cuando nos lamentamos por los millones de cultores y creadores inmensos, auténticos, genuinos, aportadores, que quedan en un anonimato programado por la industria del olvido.

No olvido a Roberto Todd, y como a muchos, me dolió profundamente su partida. Y no porque partiera sino porque nuestro pueblo, en su inmensa mayoría sometido al mecanismo alienante de la información programada no supo que más allá de ser hermano de Cecilia Todd, Roberto fue un músico ejemplar, creador, investigador, promotor, silencioso, genial, y que todo eso que hizo en la música fue porque así mismo era su condición humana.

Qué entrañable ser era este artista de las cuerdas y la venezolanía que era capaz de ir hasta el periódico a expresar una felicitación, o dar una opinión, un aporte, un dato, un consejo ante temas en lo que él no era el centro. Pocos hacen eso.

Cuando lo veía llegar a la redacción sabía que la vida me estaba enviando un banquete de humana y amigable sabiduría Roberto se fue el pasado sábado 23. La fragilidad física que siempre le acompañó pasó factura.

Nunca fue un artista “de moda” gracias a Dios, porque como bien me dijo una vez Rodolfo Mederos en Buenos Aires “Lo que se pone de moda, después se pone en oferta”. Y Roberto Todd no vivió para estar en la vitrina. Su dimensión es otra, inatrapablemente hermosa.

Un gran abrazo, Roberto. Cambur pintón.

Lil Rodríguez
@lildelvalle


lunes, 1 de agosto de 2016

Consulado Caribe: UN RECUERDO DE HUGO


Fue en 2011, marzo ventitres, un día antes del cumpleaños de Xiomara, mi mamá. Estaba yo junto a otros buenos compañeros, en Venezolana de Televisión, en un programa en vivo, dedicado a la juventud venezolana, y entra una llamada. Era el Comandante Chavez desde Miraflores, y luego del saludos de rigor y con toda emoción:


Vladimir Sosa: ... quisiera que usted nos diera la oportunidad a los productores y periodistas de Ávila TV a entrevistarlo (...) los muchachos que allí trabajan quisieran poder tener la oportunidad de encontrarse con usted. En una entrevista exclusiva para los jóvenes.
Me disculpa que lo comprometa, Presidente.


Comandante Chávez: ¿cómo te llamas tú, Negro?

VS: Vladimir Sosa.

Cch: Vladimir, claro... Oye, Vladimir, como un amigo que yo tenía en la juventud más joven, allá en Barinas, y él decía yo no bailo con ninguna muchacha hasta que no se defina ideológicamente, jajajaja... Oye, ustedes no llegan a esos extremos ¿Ah, Vladimir?

VS: No, no, para nada, hay que bailar Presidente, hay que bailar. Incluso yo creo que a mucha gente uno la convence bailando.

Cch: ¡Exactamente! Yo le decía a él “mira pero aquella, una muchacha” que estaba bien bonita, “vamos más bien a pasarla para la Revolución”.

VS: Esa es. Trabajo ideológico Presidente.

Cch: Mira, yo me comprometo. Cada día yo tengo un compromiso muy mío que lo he venido asumiendo, producto de estos años, de la dialéctica de cada quien, y el huracán dialéctico que nos rodea y las lecturas, y bueno y la experiencia, en el propio campo de la batalla política.
Ahora fíjate, cada día mientras yo esté aquí debo gobernar obedeciendo cada día más, el mandato de ustedes, desde detalles como ese que tú me comprometes, manda que yo obedezco.
Me comprometo públicamente contigo y con ustedes.


No se pudo dar la entrevista, las circunstancias no lo permitieron. Pero él sabía, él sabe, que la batalla de las ideas solo es posible mediante la comunicación, el diálogo. Y bailar es un proceso comunicativo único. Si algo sabemos los venezolanos es bailar, y como buenos caribeños, bailamos al son que nos toquen. Y es que hasta bailando se entiende la gente. ¿Verdad Hugo?. Feliz cumpleaños Comandante.

Vladimir Sosa Sarabia
sosasarabia@gmail.com


Publicado en Semanario Todas Adentro N°620. 30 de Julio de 2016.
Enlace: https://issuu.com/todosadentro/docs/todosadentro_n__620