La humanidad tiene según los entendidos más de 195.000 años, hay quienes aseguran que muchos más que eso. Desde su existencia las guerras han sido un asunto recurrente. En todo ese tiempo los seres humanos no hemos logrado aprender a superar nuestras diferencias, que no sea a través de la guerra. Poco o nada han valido los esfuerzos de pensadores, estadistas o filósofos que han buscado, desde el estudio del comportamiento y el pensamiento humano, acabar con la cultura guerrerista de nuestra especie.
Podría asegurar, sin temor a equivocarme, que quienes proponen un mundo sin conflictos bélicos, sin enfrentamientos armados, sin agresiones tienen unos cuantos pasos adelante en la evolución humana; a diferencia de quienes aún hoy día pretenden “torcer el brazo” de otros hombres y mujeres, otros pueblos, otras naciones. Sin ton, ni son el presidente del imperio del Norte, Donald Trump confeso que: “tiene muchas opciones para Venezuela, incluyendo una posible opción militar”. Es decir, para Trump la guerra es “una opción”. Nada nuevo bajo el sol.
Ciertamente, para los yankis las guerras no solo son una opción, son un negocio. Entonces en ese sentido no hay sorpresa alguna. Lo que si sorprende es el desprendimiento con el que algunos venezolanos, aceptan aquello como una opción para la solución de los problemas del país. He allí, la prueba de que algunos hombres y mujeres de esta tierra no evolucionaron, fallaron en su permanencia en la Tierra.
Ciertamente, para los yankis las guerras no solo son una opción, son un negocio. Entonces en ese sentido no hay sorpresa alguna. Lo que si sorprende es el desprendimiento con el que algunos venezolanos, aceptan aquello como una opción para la solución de los problemas del país. He allí, la prueba de que algunos hombres y mujeres de esta tierra no evolucionaron, fallaron en su permanencia en la Tierra.
Es así que te das cuenta, que vives rodeado de personas, a quienes la condición de humanos, les quedó grande, pero que además son terriblemente peligrosos, son un error de la especie, puesto que representan un peligro incluso para sí mismos. Los vemos saliendo a la calle, erguidos, calzados y vestidos. Manipulan aparatos de comunicación “inteligente”, el desarrollo intelectual, científico y tecnológico de la humanidad les cabe en una mano; pero su cerebro, su pensamiento, que va, no evolucionó.
Vladimir Sosa Sarabia
sosasarabia@gmail.com
Publicado en Semanario Todas Adentro N°675. 26 de Agosto de 2017.