Militar
en la comunicación resulta fundamental en estos tiempos, así como
la militancia cultural. Garantizar la diversidad de voces, al igual
que la diversidad de pensamiento, es en nuestros días y desde hace
unos cuantos años un clamor de los pueblos del mundo y los
revolucionarios estamos llamados a la vanguardia en esta lucha. El
hoy es un constante combate contra las hegemonías comunicaciones
quienes se ocultan, cual lobo feroz bajo la piel del cordero, en la
llamada libertad de expresión, para garantizar su poderío.
Ya una
comisión de la UNESCO, presidida por el irlandés Seán MacBride,
premio Nobel y premio Lenin, ambos de la Paz, lo advertía en 1980,
en el texto Un solo mundo. Voces múltiples, conocido como el Informe
MacBride, donde planteaba “Un Nuevo Orden Mundial de la Información
y la Comunicación (Nomic)” de cara a las relaciones establecidas
entre comunicación, el poder y democracia.
Cuarenta
años después, las causas que originaron el alerta y que a su vez
dio paso a la creación de la comisión que preparó el Informe
MacBride, se han acrecentado. La UNESCO terminó cediendo a las
presiones imperiales y poco o nada se avanzó. Durante todos estos
años son muchas las iniciativas que en materia de resistencia
comunicacional e informativa han surgido, el año pasado la
Universidad Nacional de Lanús, en Buenos Aires, Argentina, ha creado
el Centro Universitario para la Comunicación y la Información Seán
MacBride.
El Centro
MacBride, dirigido por el filósofo y comunicador nuestroamericano
Fernando Buen Abad, busca plantarse como un bastión contrahegemónico
y de defensa de la libertad de expresión y el derecho de los pueblos
a la comunicación, y cuenta entre sus filas con Sergio Arria
Bohórquez, venezolano y amigo, y en adelante con el “Consulado
Caribe” y este servidor también.
Vladimir
Sosa Sarabia
sosasarabia@gmail.com
Publicado en Semanario Todas Adentro N°650. 26 de Febrero de 2017.
Enlace: https://issuu.com/todosadentro/docs/issuu_650
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