Ella sufre las calamidades
de su realidad, está “enamorada”, ama a ese hombre con locura. Lo llama, Él no
contesta; lo llama de nuevo, Él la evade; lo vuelve a llamar y Él al fin accede.
Cuadran una cita, al fin uno o dos días juntos, para Ella es un sueño hecho
realidad; como es de esperarse la chica escoge su mejores ropas, hace la maleta
en tiempo record, y por si acaso introduce uno que otro juguete.
Se da el encuentro, Él la
recoge y se alejan en el “4 ruedas” del fulano, un rustico de esos que cargan
los machos de nuestro tiempo. Pasadas las horas y ya entrada la noche, la
madre, siempre pendiente de su hija, le hace una llamada telefónica, con rabia
y angustia escucha: “mamá me pegó”. ¿La razón? Ella se alejó demasiado de Él.
La madre con nervios le pide que vuelva a casa, pero Ella quiere a ese hombre y
decide pasar la noche con Él. Esa noche mamá no duerme.
Un día después, con
numerosas llamadas telefónicas y varias conversas de madre e hija, todo parece
ir bien, corrijo, más o menos bien. La noche cae y vuelven a hablar por teléfono:
“mamá hoy no he comido”, un día entero con un sanduchito en el estomago, Ella no alcanzó a colgar la llamada,
cuando la madre del otro lado del teléfono, levanta la mirada y con lagrimas en
los ojos susurra aterrada: “la esta jodiendo otra vez”; yo incrédulo y
confundido tomo el teléfono, Él grita, Ella llora, golpes y un “no me pegues
mas” cruza sufrido el celular. Una
escena de violencia varias veces repetida. La madre emprende el rescate. Ella ahora
está a salvo, hematomas varios en piernas y brazos, es el saldo de la jornada.
El viacrucis apenas comienza; Ella tiene 7 años y Él es su papá. ¿Cómo
explicarle que el hombre que más quiere en la vida, es un peligroso para ella? La
agresión no es solo física, un chantaje, “si no puedo pegarte, entonces no soy tu papá”
corona la velada.
Y solo nos queda confiar en
las instituciones de justicia. ¡Llegara el día, llegara!
Vladimir Sosa Sarabia
Agosto 2012
Agosto 2012